Instante fugitivo

©Ilustración: Nuala
El miércoles, cuando volvía de hacer unas compras entre clase y clase, por la cuesta que lleva a mi trabajo me encontré a una alumna, y justo cuando me comentaba lo que costaba subir aquello, surgió tras la esquina un hombre de unos sesenta y cuatro años que bajaba corriendo a toda velocidad por el medio de la carretera perpendicular a la nuestra, y para después enfilar nuestra calle por la acera de enfrente. Iba vestido normal, pero todos los que estábamos en la calle nos quedamos mirando boquiabiertos a aquel señor que por alguna razón llevaba en la mano una cesta de mimbre como esas que se utilizan para los huevos y debajo del otro brazo una caja de cartón, y que corría a una velocidad inusitada para su edad (y su tripa).
Al llegar a nuestra altura se oyó un ¡plinc! y al mirar atrás vimos en cámara lenta cómo el pantalón del hombre, al que le acababa de saltar el cierre, se deslizaba hacia abajo, dejando ver el principio de sus glúteos. Sin dejar de correr, consiguió agarrarlos antes de que se le cayeran al suelo, y sujetándolos con una mano dobló la siguiente esquina a todo meter. Me despedí de la chica en la puerta de la academia y me fui a buscar un café para llevar de los que me prepara la chica del bar que está un poco más arriba. Delante del bar, un chico miraba hacia el lugar por donde había desaparecido el hombre-bala.
- Disculpa, ¿has visto pasar hace un momento a un señor corriendo?
- ¡Si!, me río.
- Es que creo que acaba de robar en una tienda aquí abajo. Unas botas, creo.
- ¿Huh?.... ¡Oivo! Pues ahora que lo dices... sí... llevaba una caja de zapatos debajo del brazo y una cesta de mimbre.
Vaya... ¿En esa tienda?
Y señalo la calle paralela a donde habíamos visto al señor.
- No, en la de abajo, me dice.
- ¿Después de subir ESA cuesta corriendo aún iba a esa velocidad?
Asintió con la cabeza, y miramos con incredulidad en dirección al recorrido del caco. Le miré de nuevo, y dije:
Cómo está la tercera edad, ¿eh?.
Y nos dió un ataque de risa a los dos. Y después nos hemos ido cada uno por su lado. Quién sabe, a lo mejor también lo está contando en algún blog.
4 comentarios
Nuala -
Olethros -
Nuala -
Olethros -